28 de junio de 2012

El fin de semana más loser de la historia (18-06-2012)


Les voy a contar la historia de uno de los fines de semana más losers de la historia, de la historia de Lu, claro. Aclaro que esto pasó hace tiempo, con gente con la que eventualmente me dejé de hablar, por lo que reservaré nombres para otra ocasión.
Todo comienza el viernes a la noche, cuando aburrida y cansada por la rutina de la semana, me dispongo a pasarla tranqui en mi casa, hueveando en la computadora, molestando a diversos nerds gamers interrumpiendo sus juegos y a algún que otro ente de los comúnmente llamados “normales”… tenía todo listo, mi copita de ron, mi netbook enfrente y muy pocas ganas de ver la calle, menos aún con el ofri que hacía.
En medio de mi actividad internetera, se comunica un conocido para comentarme que salía a tomar algo por ahí con una amiga y mi genio fue mucho más fuerte (convengamos que una salidita de último momento no se le niega a nadie (?)) que mi paja, por lo que decidí sumarme.
El tema no fue salir, me di cuenta de que sí tenía ganas, pero había cosas en contra, empezando por el frío, siguiendo por el cansancio y terminando con la falta de dinero.
Pues bien, llega este fulano a buscarme y fuimos a tomar algo por ahí como estaba previsto… recuerden que yo ya tenía una copita de ron encima, o dos, o tres, no sé.
Seguimos tomando, y no agua precisamente. Empezamos a escrutar a los presentes y fue muy triste darnos cuenta de que el único que zafaba era el patova… y hasta ahí nomás.
Con el correr de las medias horas y las medias copas, se fueron embelleciendo paulatinamente los muchachos que jugaban al pool de manera distraída sin saber que estas dos diosas (?) se fijaban en todos y cada uno de ellos a punto de confeccionar una ficha técnica detallando absolutamente todo lo que estaba a la vista, o lo que ellas veían, que tranquilamente podría haber diferido una barbaridad.
Había más de uno que se había vuelto misteriosamente dable, así que entre las líneas de diálogo de la reunión de amigos (sí, también nos pusimos al corriente de unas cuantas cosas ya que hacía un tiempo que no nos veíamos) mechábamos comentarios sobre los sujetos en cuestión.
La muchacha que estaba con nosotros, en determinado momento (cabe destacar, después de dos botellas de vino) me señaló un muchacho que le pareció atractivo y dirigí mi mirada hacia él, en un ensayo de mis aptitudes de sexyness exhuberante de antaño. Después de unos minutos el susodicho se da cuenta de mi jueguito seductor y me devuelve la mirada… este hecho me hizo pensar que claramente había captado el mensaje y no faltaría nada para que se acerque a nosotras. Error.
Aparentemente había perdido mis dotes de seducción (?), o tal vez se debía al hecho de que parecía que me había vestido para ir a jugar al fútbol con los pibes más que para ir a tomar algo a un bar y pretender levantarme algún que otro flaco.
Llevaba una calza recta color gris, zapatillas, una remera de los Red Hot y cero maquillaje. Esto, teniendo en cuenta lo arruinada que estaba, mis ojeras y mi probablemente revuelto cabello, deduje días más tarde que era muy factible que hubiera sido la causa del desfavorable resultado de mi táctica.
Mi amigo dijo “Chicas, ¿vamos?”. Obedecimos. Yo por lo menos, suelo obedecer cuando estoy pasada de copas, lo cual podría resultar peligroso, pero hasta ahora siempre me salió bien, por suerte tal vez, no sé.
Nos empilchamos para salir al frío del crudo invierno que azotaba la calle y caminando lentamente le dirigí una mirada al susodicho con el que había desarrollado el jueguito, esta vez muy de cerca. Instantáneamente se hizo ver lo muy mal que me había ido: “Pasá nomás” escuché.
Indignada, derrotada, sintiéndome totalmente apabullada, pero no dándolo a conocer, sólo atiné a dirigir una mirada de “Jodete, vos te lo perdés” y salir con aire triunfante del lugar. Nada podría deshacer esa inevitablemente devastadora derrota (?). O sí. Fuimos directo a bajonearnos una hamburguesa recalentada en un quiosco de mala muerte y todas mis penas habían desaparecido para entonces.
Volví a mi casa, revoleé las cosas y me tiré en la cama como estaba, al otro día la resaca no me dejó vivir hasta varias horas después de haber despertado.
Esa noche volví a salir. Más tranquila, sin ánimos de levantarme a nadie, salía con un amigo, íbamos a charlar, comer, mirar una película, ponernos al corriente (también hacía bastante que no lo veía). Nos encontramos, cenamos, fuimos al cine. El fulano hablaba. Mucho. Durante toda la película metió bocadillos hasta que le dirigí una mirada de “Ok, lo charlamos después”, aparentemente fue muy fulminante porque me pidió disculpas. Soy mala.
Salimos del cine, yo, claramente emocionada por la película, o porque el muchacho ya no la iba a interrumpir, no sé.
Nos dispusimos a caminar, sin saber a dónde íbamos, pero supuse que él ya quería irse. Contrariando mis actitudes de siempre inquirí “¿A dónde estamos yendo?”, y me contestó “Vos decidís”, “Bueno, vamos a tomar algo”. Realmente quería charlar. Me dijo “Hasta las 0200 tengo tiempo”… WTF?!?!?! pero no terminaba ahí, siguió “La muchachada me espera en un boliche”… WTF x3
Osea que ahora estaba siendo utilizada de pierna para hacer tiempo hasta que se hiciera la hora de caer al bailongo. Jodió. Nos sentamos a charlar. Charlamos. No habíamos terminado de charlar y me dice “¿Te molesta si vamos yendo?”. Yo claramente dije “Te vas a la mierda vos y tu puto boliche”, o tal vez “Ok”, no sé.
Lo que sé es que estaba, a las 0300 en la parada del colectivo rumbo a mi casa. La charla que llevábamos claramente se cortó y terminamos hablando de boludeces. Me tomé el 10. Llegué a mi casa, me puse a leer y a la media hora estaba dormida.
El domingo todavía me duraba la resaca.
Loser lvl: over 9000.
PD: la hora militar es más cómoda para escribirla.

1 comentario:

  1. Fenix said: 18/06/2012 a las 14:01
    Jaja me gustó más éste Post.
    Igual, no fué tan loser como yo pensaba tu finde, yo he tenido mejores (superan en la categoría loser).
    No te enrosques, el chavón es un dormido mal, te lo digo yo que soy un experto en reconocer gente con la que me siento identificado y gente de otros planetas.
    PD: En realidad el sistema horario militar se utiliza porque es más sencillo de decir por radio ante las interferencias que pueden interferir (?).
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    MoD (Lu) said: 18/06/2012 a las 14:12
    yo lo usaba en mi anterior trabajo, que era vía chat, porque es menos engorroso ya que no hay que poner puntitos ni nada de eso
    (EDITAR)

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