28 de junio de 2012

A la mañana todo puede pasar (13-06-2012)


Situación en la parada del bondi esta mañana:
Una madre de temer (de los barrios bajos de mi bella Avellaneda City) con tres criaturas espera el mismo bondi que yo, me miran, los miro, me vuelven a mirar, los vuelvo a mirar, pero esta vez me hago la pelotuda a ver si me embocan. Cabe destacar que para laburar no me visto con hilos de oro, pero sí lo más decentemente posible, suelo llevar lentes de sol y zapatillas negras lustradas, esto hace que, en un barrio habitado por gente cuyo estilo se asemeja increíblemente a esto, me miren raro.
A la vuelta de varios jardines de infantes y algunas escuelas es normal y esperable ver niños, pero estos iban para otro lado, para capital, lo cual me lleva a preguntarme ¿por qué carajo tienen que tomar bondi teniendo tantos colegios cerca? capaz no había vacante, pero no dejará de constituir un misterio para mi.
En los 5 minutos que tardó en venir el 10 los vi hacer unas cuantas cosas. Entre los cuatro ocupaban todo el asiento del refugio de la parada, dos varones de alrededor de 7 u 8 años y una nena de unos 5 o 6 a upa de la madre.
Los varones empiezan a pelearse, típico de criaturas, a lo que la madre los reta. Pero ellos claramente no le hacen caso, y ella ni se molesta en volver a llamarles la atención. La nena cuasi extasiada miraba sin parpadear el poste de luz de la vereda de enfrente.
Eran una película, me sentía en el cine, me lo hubiera creído de no ser por la cagada de paloma que en ese momento cayó a 2cm de mi pie derecho (zafé de pedo).
En eso veo el bondi que se asoma en la lejanía de la calle. Y acá viene lo interesante:
Cuando vuelvo a mirar al grupo, la madre estaba escrutando el interior del oído del varón más grande y acto seguido, procedió a sacar la (supongo yo que eso era) cera con su dedo meñique, a sus anchas, no olviden dónde estamos. Repite la operación. Y una tercera vez. Todas las veces se limpia el dedo en el pantalón del nene. Pero esto no termina acá.
La nena, saliendo de su estupor, se levanta del regazo de su madre y comienza a limpiar con su mano el pantalón del nene. Aparentemente la madre había dejado tanta cera de oído pegada en el bendito pantalón que la nena sintió la necesidad de “arreglar” dicha situación.
Me dispuse a parar el colectivo y dejarlos subir primero pensando “kill them, kill them with fire!”. Por lo menos tenía el consuelo de haber cargado música en el mp3 la noche anterior y poder escuchar algo de Red Hot tranquila y así olvidar el pasado suceso.
En ese momento compruebo con horror lo más temido y menos esperado: me había olvidado los auriculares.
Claramente estoy shockeada por la experiencia y es por eso que no pude evitar que uds se enteraran de tan gross visión que capturó toda mi atención por un lapso de unos 2 o 3 minutos, todo un logro.
Ahí se ven.

1 comentario:

  1. mama said: 14/06/2012 a las 00:08
    jo jo que asco hija de puuuuuuuuuuta, y bua mas se perdio en la guerra no, esperemos que mañana no olvides los auris jaja
    (EDITAR)

    MoD (Lu) said: 14/06/2012 a las 09:15
    no los olvidé! y con música renovada… hoy fui feliz =)
    (EDITAR)

    ResponderEliminar

Criticame que me la banco...