24 de septiembre de 2012

De los confianzudos

Encontré esto en drafts y me pareció copado terminarlo para acercárselo a mis queridos lectores.

Porque todos hemos vivido la desgracia(?) de abrirle la puerta de nuestro hogar a algún confianzudo.
De esos que empiezan hablándote como si te conocieran de toda la vida. Y terminan metiéndote la mano en la heladera sin permiso, o tocándote el culo sin que te des cuenta (?). 

El problema de esta gente es que tienen un arte para que parezca que no tienen la más mínima intención de infiltrarse en tu casa y tu vida, pero realmente quieren terminar controlando todo, tomar cartas en todos los asuntos y dictaminar cosas como si el ámbito fuera suyo. Lo peor es que después se ofenden ante actitudes de esta índole por parte de otros, o ante la menor sugerencia de que se descubrieron sus macabros(?) planes.
Cabe destacar que me considero una persona extremadamente respetuosa y jamás hago algo que no me gustaría que me hicieran a mi, por lo tanto, me hallo incapaz de pagar con la misma moneda. 

Yo tengo algunas anécdotas para contar al respecto:

Comencemos por un ejemplo "light":
Una vez en una conversación de MSN le dije a alguien "venite a casa" (como suelo decir a la gente que me cae bien, o más si somos amigos). Tal persona me dijo "pero no puedo comer, tengo que hacerme el batido que lleva leche". Resulta que el fulano estaba a dieta especial de esas que no comés una goma en todo el puto día y le das a un batido superespecial que no sabés qué carajo tiene molido adentro pero que parece que hace milagros. Uno conocido era de marca "pare la caloría" en inglés, o algo así, no sé.


Lu: -"Pero yo tengo leche en casa, dale, venite" ((resérvense comentarios al respecto de esta oración, gracias))
Fulano Random: -"¿En polvo o en sachet?"
Lu: -"En polvo, como corresponde"
FR: -"Ah no, pero la leche en polvo para mi no es leche"
Lu: -"¬¬"

Finalmente el día llegó y el Fulano Random trajo su dichoso batido, a la hora de preparárselo, tomó la bolsita donde tenía su medida, se metió en la cocina de mi casa, y sin decir más, se sirvió a gusto y piacere de todo lo que necesitó para hacerse el coso ese. 
Esto no fue problema, ya que el fulano me había traído un chonguito que me mantuvo entretenida. El problema fue que mi vieja presenció el asunto, y, créanlo o no, la casa también es de ella. Unos días después del incidente se me acercó y me comentó que no le había parecido apropiado. Estuve de acuerdo. 

Para seguir en la línea de los conocidos... este chonguito se terminó convirtiendo en algo más que un chonguito y a venir seguido a casa. Pues bien, resulta que un día, estaba yo cocinando y el srito. francés se dispone a agarrar la cuchara de madera y meterla en la olla.
Para los que gusten de cocinar, sabrán que no hay peor insulto que que se te metan en la cocina, peor aún sin pedir permiso. Y es una de las cosas que más me sacan... NO TE METAS EN MI COCINA.
Ok, me recompongo y sigo.
Lo más gracioso de dicha anécdota no es lo que hizo en sí, sino lo que respondió el individuo en cuestión ante la pregunta, acompañada de mirada inquisidora: "¿Qué hacés?".
Se reciben apuestas.

¿Nada? Bueno, respondió "No sé, así parece que estoy haciendo algo."

Ahora, cuando terminen de reírse, o de llorar, sigo.

No contenta con ciertas actitudes de este individuo, en mi idiotez absoluta, permito la entrada de un nuevo individuo sin permiso.

Noche lluviosa. Había faltado al laburo para descansar ((trabajaba de noche, ergo, debía dormir esa noche)). El fulano envía mensaje "Estoy en la puerta de tu casa"... ¿Qué hace la boluda? LE ABRE. Toda la noche me clavó. Se fue a las 0800am. No, por si se lo están preguntando, no echo a la gente. Y ciertamente se redujo de manera considerable la cantidad de invitaciones que extiendo, y la cantidad de gente receptora de esas invitaciones.
Este último susodicho se tomó unos 10 meses de libertades, encubriéndolos con pequeños "trabajitos".
No, no me hacía macumba, arreglaba cositas en casa, que el picaporte de la pieza, que la estufa, que el lavarropas. Entre pitos y flautas, se fue metiendo y llegó al nivel de meter la mano en la heladera, prender la tele cuando se le cantaba, bañarse cuando gustaba, prácticamente se mudó. Se le perdonó durante un tiempo ya que colaboraba con los gastos, pero cuando se fue de mambo recibió un "No quiero hablar ni escucharte, de hecho, no te quiero volver a ver".

Claro, lo reconozco, soy boluda, y aguanto más de lo que debería, pero cuando me canso... ¡ja! (?)

Hay más ejemplos claro, como la vez que un guaino que se había quedado a dormir en casa me vino a despertar con el pelo mojado y le dije "¿Por qué tenés el pelo mojado?", ((hablaba en tercera persona de sí mismo, pongámosle de nombre "Marcos")) "Ah, ¡Marquitos ya se bañó!".

Lu: "O___O"
Marquitos: "Ah y había una barrita de cereal en la mesa y me la comí."
Lu: "WTFF... chabón, ¿con el permiso de quién hiciste esas cosas?" ((sí, de más chica era más mala, o más viva, no sé))
M: "Bueno, si te enoja tanto no lo hago más"
L: "Pero claro que me enoja, no sé si te enteraste, pero no estás en tu casa."

... O de la vez que una ex compañera de laburo me vino a visitar y sin decir más, se apoltronó en un sillón, se sacó los zapatos y estiró cómodamente los pies sobre la mesa ratona... True Story U__U

Ni hablemos de la amiga que decidió comenzar a expeler emanaciones básicas en mi presencia al grito de "¡Va pedo!"... con lo cual pensé "Sexy, atrevida"(?).

Yh, bueno, para redondear, no se dejen boludear, gente. Y si te vas a dejar meter la mano en algún lado, por lo menos ¡que sea divertido!

¡¡Ahí se ven!!

2 comentarios:

  1. jajaja. Va Pedo!. Mortal.
    Muy bueno. Adhiero!

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    Respuestas
    1. guau, segunda aparición de un liense en mi blog, me siento honrada... gracias por pasar, caballero ^^

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Criticame que me la banco...